Crítica de cine.

Director : Jean-Pierre Jeunet

Intérpretes: Audrey Tatou, Mathiew Kassovitz, Rufus, Lorena Cravota , Serge Merlin, Claire Maurier, Dominique Pinon, Isabelle Nanty, Artus de Perquen, Yolande Moreau, Jamel Debbouze.

Guión : Jean-Pierre Jeunet y Guillame Laurent.

Sinopsis: Amelie no es una chica como las demás. Ha visto a su pez de colores deslizarse hacia las alcantarillas municipales, a su madre morir en la plaza de Notre-Dame y a su padre dedicar todo su afecto a un gnomo de jardín. De repente, a sus veintidós años, descubre su objetivo en la vida: arreglar la vida de los demás. A partir de entonces, inventa toda clase de estrategias para intervenir, sin que se den cuenta, en la existencia de varias personas de su entorno. Entre ellas está su portera, que pasa los días bebiendo vino de Oporto; Georgette, una estanquera hipocondríaca: o "el hombre de cristal", un vecino que sólo ve el mundo a través de la reproducción de un cuadro de Renoir.


Para los que creen que los sueños pueden hacerse realidad.

Lo mejor: El guión, la caracterización de París, Audrey , la voz en off.

Lo peor: Las escenas del bar al principio.


Al principio cuesta cogerle el gustillo. Los primeros momentos son muy prometedores, con esa voz en off presentando a los distintos personajes, aunque luego pasa a una narración bastante tranquila. Merece la pena tener un poco de paciencia y disfrutar con lo que la vista te ofrece. Una auténtica delicia en todos los sentidos, empezando por la protagonista: es felíz aprovechando los pequeños placeres de la vida y deleitándose con su soledad y encarrilando los sinsabores de sus semejantes.

Su dirección artística tiene magia, sacada de un cuento. El ambiente goza de una dulzura exquisita. En resumen, originalidad al cien por cien, sobre todo el guión que toma como punto de partida a Amelie y su mente. Los espectadores deben mantener los ojos bien abiertos para atender hasta al más mínimo detalle. Las interpretaciones están bastante elaboradas.