domingo, 24 de octubre de 2010

Resurgir de las cenizas como el ave fénix .

El Ave Fénix según cuenta la leyenda es un ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de fuerte pico y garras. Se trata de un ser mágico y fabuloso que ha sido retratado en las diversas mitologías.


Cuenta la leyenda que el Fénix vivía en el Jardín del Paraíso, y estaba anidando en el rosal cuando Adán y Eva fueron expulsados. De la espada del ángel que los desterró saltó una chispa y prendió el nido del Fénix, haciendo que ardiera éste y su inquilino.

Por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le concedieron varios dones, siendo el más desatacado la inmortalidad a través de la capacidad de renacer de sus cenizas.

Cuando al Fénix le llega la hora de morir, hace un nido de especias y hierbas aromáticas, pone un único huevo que empolla durante tres días y al tercer día arde, no se sabe si por el fuego que él mismo provoca o por causa accidental y ajena a él. El Fénix , se quema por completo, y al reducirse a cenizas, resurge del huevo que la misma ave Fénix había puesto con anterioridad, de una manera siempre única y eterna .

Cada uno de nosotros ha vivido siempre con un Fénix en su interior, ha tenido la oportunidad de descubrirlo y encontrar así la felicidad y las fuerzas eternas para continuar cada día con un nuevo motivo para vivir.

Nuestro corazón es el Fénix más peculiar y maravilloso que podemos encontrar en cualquier parte del mundo, todos, absolutamente todos tenemos un fénix... somos una unión entre el Fénix (corazón) y nuestra mente (cerebro).

Cuando caemos y nos sentimos abatidos, cuando pensamos que jamás encontraremos la felicidad él late con más fuerza y comienza a arder en nuestro interior. Pero nunca olvides, nunca dejes de recordar, que un nuevo corazón, un nuevo Fénix resurgirá de sus cenizas, y será más experto y será más maravilloso y de nuevo único dentro de su especie.

Un fénix es eterno porque siempre resurgirá de sus cenizas... nosotros en cada experiencia buena o mala de nuestra vida renacemos porque realmente todos en esencia somos capaces de transformarnos en una gran ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de fuerte pico y garras único y especial.

1 comentario:

  1. Wau! Me ha encantado la entrada de hoy de tu blog. Desde muy pequeño siempre me ha llamado la atención las cosas mitológicas, y esta breve historia ha cautivado toda mi atención, gracias por ponerla, es preciosa.

    Un beso, Rocío.

    ResponderEliminar